La Calaca en la Campana
Fue en la calle Matamoros
donde todo sucedió.
El restaurante la Campana
fue el que todo lo vio.

Una pareja de enamorados
muy felices caminaban
desde la banqueta despistados
los platillos se imaginaban.
A la calaca se encontraron
no supieron qué hacer
Así que al restaurante
se tuvieron que meter.
Los chefs de la Campana
no sabían lo que pasaba,
pues los dos enamorados
a la cocina llegaban.
¡No nos lleves calaquita!
Te podemos convencer.
¡No nos lleves calaquita!
¿Qué te podemos hacer?
La calaca estaba decidida.
-Al panteón todos se van a ir
a menos que estos güeritos
sean la cena para mí-.
El chef asustado estaba
no los quería cocinar
y unos huevitos estrellados
se apuró a preparar.
La huesuda muy contenta
sus huevitos se comió.
Como estaba fuerte el fío
hasta su cafecito se llevó.
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